Marcar el ritmo
“Marcar el ritmo” es una técnica que ayuda a los entrenadores a ganar y desarrollar la relación con los clientes durante un período de tiempo al reunirse con ellos en su modelo de realidad”
O’Connor, 2001:41
Construir una relación de confianza implica marcar el ritmo a las personas
El ritmo se produce cuando los coaches adoptan la perspectiva de una segunda persona y tratan de comprender el modelo de mundo de su cliente o de ver las circunstancias desde la perspectiva de su cliente en lugar de la suya propia. La metáfora de caminar al lado del cliente al mismo ritmo se utiliza a menudo para explicar el ritmo.
Si el coach camina demasiado rápido, el cliente tendrá que apurarse para seguirle el ritmo, pero si camina demasiado despacio el cliente tendrá que contenerse. En ambos casos, es el coach el que debe ajustarse al ritmo que el cliente camina y no al revés.
Una vez que los coaches se han puesto al día con su cliente, entienden mejor de dónde vienen y pueden empezar a considerar liderar a su cliente. Liderar es cuando el coach usa su compenetración e influencia construida a través del ritmo para avanzar. Los clientes no pueden ser liderados a menos que estén dispuestos y la gente tiende a no estar dispuesta a menos que primero hayan sido adecuadamente pautados.
Para ampliar la metáfora, una vez que el coach ha caminado al ritmo de su cliente, es más probable que éste se sienta cómodo y confiado, lo que permite al coach cambiar el ritmo a uno que se adapte mejor a las necesidades tanto del cliente como del coach.
El coaching se refiere tanto, si no más, a sentimientos, emociones, valores y creencias, como a procesos, estrategias y técnicas. Los coaches construyen la relación con los clientes tratando en primer lugar de entender, ver, sentir, percibir, interpretar y, si es posible, experimentar el mundo, tema, situación o escenario desde el punto de vista o perspectiva del cliente.